Acerca del libro «El putero español»
de Águeda Gómez Suárez, Silvia Pérez Freire y Rosa María Verdugo Matés.[1]
PRESENTACIÓN
Éste es un libro valiente. Las autoras tienen el coraje de haber sostenido un trabajo de campo a lo largo de 10 años, en los diversos espacios donde se ejerce la prostitución, interpelando a los puteros[2]. Primero en Galicia[3], luego en otros lugares de España. Se necesita mucho valor para hacerlo, para entrar en ese ámbito de lo que aún está al margen, sin status legal claro. Un ámbito donde la actividad se realiza en la intimidad y mediando el poder que da el dinero de quien paga por sexo. Y más siendo mujeres las investigadoras, si tenemos en cuenta que el mercadeo del sexo se realiza sobre el cuerpo de las mujeres mayoritariamente.
Las autoras se atreven con un tema aún no tratado en profundidad por la academia, al menos en España. Han tenido que ser dos profesoras del Instituto de Ciencias de la Educación de Vigo (con formación sociológica acreditada) y una economista quienes realicen esta investigación que debería haberse hecho hace tiempo desde los Departamentos Universitarios de Psicología Social o de Sociología del Género. Esos mismos Departamentos que, si han tratado el fenómeno, se han dedicado a tratar de las mujeres y demás personas prostituidas[4], pero que apenas han puesto la mirada sobre los «clientes» o «prostituidores». ¿No deberíamos hacer un análisis de género sobre esto? Así como en las otras formas de violencia de género la mirada predominante ha recaído siempre sobre las víctimas, aquí ha pasado lo mismo. Ya es hora de que los miremos a ellos, los clientes, los prostituidores, los puteros. Sigue Leyendo