Algunos hombres nos enamoran,
no porque sean perfectos, guapos,
tengan una gran cuenta en el banco
o nos tiendan una alfombra roja a nuestro paso.
Algunos hombres nos enamoran,
no porque se desvelen inventando piropos,
ni se esmeren en cortejarnos,
ni porque colaboren en casa o bajen la basura,
ni siquiera por su forma de mirarnos.
Algunos hombres nos enamoran
por su coherencia rebelde,
su capacidad de reinventarse
su consciencia de humanidad
sus detalles, su sencillez trascendente
sus ideales siempre renovados
en el sentido solidario de la vida.
Algunos hombres nos conmueven
y por ello, nos enamoran
porque destilan en sus palabras
un aroma a verdad, propio de
quienes nada tienen para perder
porque han vivido intensamente
porque cultivan su visión
que se amplifica a cada paso
y hacen la vida ancha.
Algunos hombres nos enamoran
porque sí, sin esfuerzo, sin concesiones
evocando un futuro
de una otra humanidad posible
en el reencuentro, en el ir de la mano
en el abrazo y en la entrega
en la generosidad sedienta de dar.
Éste es uno de esos hombres, cuyo discurso compartimos y sugerimos que lo vean y escuchen completo. Algunos dicen que es un viejo, otros, que es un iluminado, lo cierto es que sus palabras conmueven y llegan directo al corazón. En un mundo donde los políticos son cada vez más corruptos VERLO nos regala un aroma de esperanza.